Para ser un buen maestro, lo primero es amar la enseñanza. La enseñanza es un trabajo desde mi punto de vista reconfortante, divertido, creativo... Claro que está puede llegar a ser un trabajo molesto si no la ejerces sino por un sueldo a final de mes.
En las manos de los maestros está el formar el futuro de mañana, es decir, es papel del maestro el contribuir a que los alumnos lleguen a ser en un futuro personas responsables, respetuosas y que adquieran una conciencia del mundo que les rodea.
Un buen maestro debe tener las siguientes cualidades: vocación, sensibilidad, creatividad, empatía, autocontrol, autoconfianza y cultura. Pero sobre todo un buen maestro debe conocer las necesidades de sus alumnos y tratar de de solventarlas.

martes, 20 de diciembre de 2011

¿Dónde enseñar?

Siempre pensamos en el aula como el espacio dónde enseñar, el aula nace en la edad moderna como el espacio predilecto para dar religión, el aula semejaba la práctica religiosa en las iglesias con sus sacerdotes (los maestros) y sus feligreses (los alumnos).
Esta aula de alrededor del siglo XVI, no es muy diferente a la actual; lo que nos lleva a pensar acerca de las prácticas antiguas que continuamos ejerciendo como docentes, sin tener mucha conciencia de ello.
Tal vez ya estamos en condiciones de modificar el espacio dónde enseñar y también de comenzar a pensar en transformar las prácticas docentes.

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